Los estudiantes se organizaron en forma de U y los docentes responsables de la secuencia comenzaron a explicarles y socializarles la secuencia didáctica titulada “pido la palabra para ser escuchado y escuchar al otro”.
Los niños se sintieron emocionados con la presentación de la secuencia, demostraron estar de acuerdo con ésta y dispuestos a trabajar con entusiasmo para mejorar su expresión oral y prepararse para el gran debate. Seguido a esto, se dio la construcción de las normas de participación oral, la docente pegó en el tablero una cartelera para ir anotando todas las normas que los niños construían. Para que se llegara a esta construcción la docente hizo preguntas orientadoras que ayudaran a los estudiantes a dar una respuesta coherente con la temática trabajada. La mayoría de los niños fueron muy activos, productivos y puntuales en dar sus respuestas, se escucharon normas como:
¬ Pedir la palabra antes de hablar
¬ Ser educado cuando el otro habla.
¬ Escuchar al otro
¬ No gritar
¬ Estar sentados y callados
¬ Pensar antes de hablar entre otras.
Al terminar la sesión se les comentó que para la próxima se presentaría un video de niños hablando de las normas de comunicación, para que evidenciaran la aplicación de las normas de participación oral en el marco de un debate.
Durante la sesión N° 2 los niños observaron el video de estudiantes de grado quinto participando en un debate. Se les pidió que se centraran en identificar las normas de participación oral que ellos siguieron.
Análisis
En esta sesión pudimos observar cómo los estudiantes fueron coherentes al hablar y participar de acuerdo a la temática. A partir de los andamiajes y las preguntas que se le hacía a los niños, ellos lograron construir dentro del grupo, y desde sus conocimientos previos, las normas de participación oral que los iban a regir desde ese momento para participar en conversaciones formales dentro de la escuela y fuera de esta, no obviando que “cuando los niños llegan al aula ya saben hablar aunque sabemos que los modos de habla formal se aprenden en la escuela” (Pérez, A y otros. 2101. p:23), y el primer paso se da cuando se crean las normas o reglas de participación que ayudan a que el habla sea más reflexiva, sistémica y respetuosa. Lo anterior es muy importante para la transición del habla informal a la formal, y es precisamente esta transición lo que permite que la escuela forme a un ciudadano con una voz activa dentro de la sociedad.
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